La última vez que un astronauta pisó la Luna fue el 7 de diciembre de 1972.
¿Qué narices ha pasado desde entonces hasta ahora con la carrera espacial? Bueno, pues básicamente dos cosas:
La primera: la disolución de la URSS. Desde 1989 ya no existe ninguna "carrera" espacial, porque sólo hay un corredor.
La segunda: el transbordador espacial.
El jodido transbordador espacial.
Un chisme muy práctico y barato porque se puede reutilizar, y que además tiene capacidad para llevar a un puñado de gente, astronautas como los de las películas, pero... ¿adónde? A ningún sitio. A dar vueltas alrededor de la tierra. A la ISS. Y punto pelota. Ni pensar en adentrarse por el espacio. ¿Arrimarse a otro planeta? Ni en sueños.
¿Entonces cuáles han sido los hitos astronáuticos que han marcado la imaginación y la sensibilidad de nuestra generación? Pues básicamente dos:
La explosión del Challenger en 1986.
La explosión del Columbia en 2003.
No es muy inspirador, ¿verdad? No son precisamente hazañas que exalten el Espíritu del Hombre, ¿eh? que hagan soñar con galaxias lejanas y horizontes por conquistar.
Los escritores de ciencia-ficción de esta generación merecen un monumento. No existe un género más desprestigiado en el imaginario colectivo de nuestra época que la ciencia-ficción espacial. Olé por vosotros. Sois el paradigma de la generación perdida.
Si las cosas no se tuercen, nuestros hijos tendrán más suerte. Verán al hombre pisando el suelo rojo de Marte, en directo vía satélite, y ese minuto (si dios se apiada de la humanidad) será el minuto de mayor audiencia de toda la historia de la televisión.
Para nosotros ya es tarde. Nuestro minuto de oro es el de Chikilicuatre en Eurovisión. Estamos condenados.
La foto del Columbia estallando mola un mazo, pero es un fake como una casa.
ResponderEliminarLo primero que te enseñan en la facultad de periodismo:
ResponderEliminarNo dejes que la realidad te estropee una buena noticia.