Acabo de hacerlo. He puesto el punto final a la nueva novela. Momento de euforia, celebración, nerviosismo y angustia. ¿Gustará? ¿Se editará?
75.821 palabras, dice el contador del Word. Unos cuantos de esos centenares se caerán, serán reemplazados por otros cientos diferentes en el proceso de reescritura. Pero ahora lo que toca es imprimir, guardar en un cajón y dejar pasar unas semanas. Luego la sacaré, la leeré de un tirón y seré capaz de juzgar, para corregir.
El documento tiene un título, pero también el título será sometido a juicio, así que me lo callo por ahora. La fantasía juega un papel fundamental en esta novela, eso sí puedo adelantarlo. También hay un misterio histórico, pero no tiene nada que ver con Felipe II, ni con Gaudí, ni con Leonardo DaVinci. Mis personajes no son tan importantes.
75.821 palabras. Un puñado de nombres inventados. Peripecias que nunca tuvieron lugar. Nada más que eso se esconde detrás de un punto final.
Entonces.... ¿por qué de pronto me siento tan solo?
A ver si hay suerte y la podemos leer todos pronto.
ResponderEliminar"Tranquilo, no estás solo", dijo el fantasma.
Eso me gustaría a mí también... Gracias, compañero.
ResponderEliminarEnhorabuena, Ismael. Ganas hay ya de pillarla.
ResponderEliminarGracias, David. Ya sabes cómo funciona esto, la espera será larga.
ResponderEliminarCreemos que ahí termina el trabajo. Y esto no ha hecho más que empezar. Suerte.
ResponderEliminarDel trabajo me encargo yo.
ResponderEliminarLa suerte es cosa de los dioses, de haberlos.
Por si acaso, rezo para que mi editor duerma bien la noche anterior a leer mi manuscrito.
Jo. Ya estoy deseando pillarla. Danos más pistas, anda...
ResponderEliminarPor cierto: ¿La están esperando en la editorial o tienes que moverla?
Prefiero no hablar del argumento todavía, David. Si la cosa no cuaja detestaría que la gente me preguntara después: "oye, ¿y qué fue de aquella historia del enano astronauta?" (no, no trata de un enano astronauta)
ResponderEliminarEn 451 están receptivos, pero... la política de la editorial es publicar títulos, no autores. Osea, que el libro tendrá que gustarles mucho. Ay...