lunes, 23 de febrero de 2009

10.000 horas




Dice Malcolm Gladwell que para triunfar lo único que necesitas es tener 10.000 horas a tu disposición para practicar mucho en aquello que te interese hasta que consigas al fin convertirte en un genio mundialmente reconocido como los Beatles o Bill Gates.

Bueno, no sé si dice exactamente eso porque no he leído el libro ni pienso hacerlo. Pero para el caso, me sirve la reflexión.

Saco mi calculadora de última generación. Tecleo 2 por 365, que vendría a ser la media de horas que escribo a lo largo de un año. Divido 10.000 entre 730 y me salen 13,69 años. Teniendo en cuenta que empecé a escribir en serio hace exactamente 3,69 años (sí, qué pasa, me coincide), eso significa que a este ritmo me quedan 10 años para llegar a ser un escritor genial y mundialmente reconocido.

10 años. Parece bastante razonable. Teniendo en cuenta que a un escritor se le considera joven hasta bien entrados los cincuenta, creo que me salen las cuentas, sí. Qué narices, voy sobrado.

Y el caso es que yo iba a hablar de los Oscars, de los años en que lo emitían en abierto por TVE y yo trasnochaba para tragármelos en casa de mis padres como un auténtico nerd, como esa simpática chica de Alcobendas que ayer salió en el Plus tan sonriente y emocionada. Pero es que no he visto ninguna de las películas importantes de este año y la de Woody Allen me parece un espanto, así que no tengo mucho que opinar.

Además me pasa una cosa con Penélope Cruz, y es que por alguna razón me despierta el recuerdo obsesivo de Susana Hoffs, la morenita de las Bangles. Ah, si hubiera empezado a escribir en los ochenta ya andaría codeándome con Bill Gates...




2 comentarios:

  1. Si puedo elegir, me quedo las 10.000 horas con Susana Hoffs

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  2. Y eso te convertiría en un genio del... eh... lo que sea que hicieras con Susana hoffs.

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