domingo, 12 de octubre de 2008

Epílogo



Hora de pasar página. Rojo alma, negro sombra está en la calle y ya no hace falta que vaya de la mano de su papá. He hablado tanto del libro, lo he explicado y esloganizado de tantas formas que empiezo a sentirme como un vendedor más que como un creador, y la sensación no mola.

Lo mejor de todo, como siempre, ha sido la gente. Los amigos, dispuestos a tomarte en serio por un rato y a comprarse el libro. La familia, imprescindible para ponerte los pies en la tierra. Manuel Hidalgo en Madrid y David Jasso en Pamplona, dos mohtruos. (Y los sospechosos habituales de la editorial, Azpeitia en Madrid y Gerardo Gonzalo en el norte, como no podía ser de otra manera).

Hace dos años, secuestré a David Jasso para que presentara mi anterior novela Infierno nevado en Ejea de los Caballeros. Lo hizo tan bien que cualquiera habría pensado que se la había leído y todo. Esta vez sí se había leído Rojo alma, y además le parecía presentable, así que inmediatamente le propuse que me acompañara en Pamplona. Sabía que me haría sentir tranquilo y contento: es el efecto que provoca David Jasso en todo el mundo de una forma osmótica, no me preguntéis cómo lo hace.

Han sido unos días intensos, flipantes y raros. Sobre todo para alguien acostumbrado a escribir más que a hablar. Me muero de ganas de abrir el documento de mi nueva novela y encerrarme allí, olvidarme de todo durante un rato y regresar a esa vida paralela y clandestina del autor de ficción. Es lo que voy a hacer ahora mismo.

Con un poco de suerte volverán a hacerme preguntas sobre Rojo alma y tendré que asomar la cabeza de mi cueva, pero pienso volver a esconderla rápidamente. Incluso es posible que me olvide de este blog durante una temporada. Sólo me apetece novela, novela, novela. Creo que eso es buena señal, en realidad. No tengo futuro en el mundo del marketing ni el show business. Y mi futuro literario se fabrica dentro de la cueva, donde más me gusta estar. Esa es mi ventaja.

Gracias a todos, ojalá disfrutéis el libro, y abrigaos ahí fuera que hace frío.


4 comentarios:

  1. Ya terminé, me alimentaré de Infierno nevado hasta la próxima entrega; aunque tengo varias preguntas sobre este segundo.
    Hasta más leer, avestruz

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  2. Fue un placer compartir con Gerardo y contigo la presentación de la novela. Me lo pasé pipa (y "Rojo alma..." es un libro excelente, así que todo vino rodado).

    Gracias por tus inmerecidas alabanzas. Me encanta ser osmótico, nunca me habían dicho nada parecido, supongo que es bueno, ¿no? Ah, y no te infravalores, que lo del marketing no se te da nada mal. En la presentación lo demostraste, estuviste muy bien (hasta nombraste a Lovecraft y hablaste de simbolismos y metáforas). Otra cosa distinta es que lo que de verdad te apetezca sea escribir, ahí no me meto. Pero por lo visto sales bien hasta en la tele (incluso con la imagen anamórfica en 16:9).

    Y ya tengo ganas de participar en la presentación de tu próximo trabajo. Porque TENDRÁS que invitarme. Yo estaré en la mesa aunque no quieras. Has sentado un precedente que ya se ha convertido en norma de obligado cumplimiento. Libro de Ismael: David en la presentación.

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  3. Me hubiera encantado estar ahí, Ismael. No coincidimos en la presentación de Madrid por un día, viaje relámpago de negocios. Pero me encantó ver montañas de tu libro en Casa del libro y en Fnac.
    ¡A seguir así, compañero, que cualquier cosa buena que te ocurra te la mereces! Los currantes siempre en la brecha.

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  4. Gracias a los tres.
    Escribir un libro que merezca la pena es difícil. Venderlo, casi imposible.
    Pero soy bastante cabezota, también.

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