viernes, 24 de octubre de 2008

Escenas que valen una película (I)


Como ando metido en mi nuevo curso de guión, estos días tengo la cabeza llena de películas y escenas. Mi obsesión particular son las escenas geniales dentro de películas mediocres; esas secuencias que son como una pepita de oro encontrada en medio del fango, apenas dos o tres minutos que hacen buenos los otros ochenta y ocho, esas ideas brillantes y bien resueltas que se elevan sobre el mar de vulgaridad circundante como faros en la noche. La escena que se comenta al salir del cine, y que tarde o temprano alguien termina colgando en el YouTube.

Por ejemplo, esta escena de Amor a quemarropa. No me gustan las películas de mafiosos, pero este caso es excepcional. El malvado capo anda tras los pasos de Christian Slater, que le ha robado algo valioso, y trata de persuadir al padre de su perseguido para que le revele su paradero. Estamos hablando de una situación de vida o muerte, y de lo que un padre puede hacer por su hijo. No se trata solo de que los diálogos sean graciosos.

Así que dime: ¿Crees que estoy mintiendo?

Autor: Quentin Tarantino.
Intérpretes: Christopher Walken (actor de doblaje: Manuel García) y Dennis Hopper (actor de doblaje: Camilo García).
Director: Tony Scott.


2 comentarios:

  1. Pues yo no he visto esta peli, pero la escena está bastante bien. La tensión va subiendo. Creo que la entrada de la música hace mucho para conseguir el efecto final

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  2. Tarantino tiende al exceso en los diálogos, pero como constructor de escenas es de los mejores. En este caso el mérito se reparte entre los actores, Hopper y Walken, y el director Tony Scott, un tipo que es capaz de lo peor y de lo mejor. La sutileza con que entra la música para subrayar y elevar el discurso de Hopper (llevándolo hacia un final trágico inevitable) es magistral.

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