La anécdota ya es conocida. Ron McLarty era un actor de tercera fila que se ganaba la vida haciendo pequeños papeles en televisión y prestando su voz para la grabación de audiolibros, hasta que un día convenció a su jefe para que le dejara grabar su propia novela. Esa novela se titulaba The memory of running y unos años después acabó en el reproductor de CDs de Stephen King, un confeso fanático de los audiolibros.
A Stephen King le gustó tanto aquella audio-novela, que comenzó su siguiente columna semanal del Entertainment Weekly con las palabras: "Este es el mejor libro del año que no podrás leer". Lo demás es historia...
The memory of running se publicó en España con el título de Una historia en bicicleta (Alfaguara). Reconozco que caí en el reclamo publicitario de Stephen King, y que tal vez si no fuera por él no se me hubiera ocurrido leer este libro. Pero lo cierto es que me encantó. Acabo de leer su segunda novela, Viajero (Alfaguara), y aunque está a punto de pinchar por un exceso de nostalgia y sentimentalismo yanki, creo que al final mantiene el tipo y resulta una novela igualmente recomendable.
McLarty escribe sin rodeos, sin piruetas estilísticas, directo a la historia y a los sentimientos. No llega a caer en la ñoñería porque sus novelas llevan un lastre de tristeza y de patetismo bastante considerable, pero resulta transparente la intención que tiene el autor en cada página de hacernos humedecer los ojos. ¿Y qué hay de malo en intentar conmover al lector? ¿No se trata de eso, siempre?
Así como Una historia en bicicleta venía en formato de road movie (¿road novel?), Viajero viene envuelta en una apariencia de thriller que no engaña en ningún momento; lo cual es de agradecer, por supuesto. El protagonista de Viajero no es un detective sino un actor-camarero con problemas de autoestima y una vida mediocre en Nueva York, que de pronto se ve sacudido por una noticia de su pueblo natal que resucita en su memoria todos los fantasmas del pasado. Y hay un misterio por resolver, también. Pero en fin, no es esa clase de novelas.
Algunos dirán que McLarty simplemente hace novelitas resultonas, eficaces y sentimentales.
Quién pudiera, ¿no?
(He encontrado este video en YouTube, donde es interesante escuchar su historia contada por él mismo)
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