viernes, 25 de julio de 2008

Algunos libros y una recomendación musical


Por empezar por lo último, acabo de terminar La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz, y me temo que no va a entrar en mi parnaso de lecturas recomendadas. Me dejé llevar por el brillo del premio Pulitzer (un año después de La carretera de McCarthy) y por la poderosa campaña de Mondadori (doble página-anuncio en El País, qué flipe), pero confieso que he tenido que hacer bastante esfuerzo para terminar el libro, incluso saltándome algunos pasajes. El protagonista es un nerd gordo y sin ningún éxito con las mujeres a pesar de su sangre dominicana que al principio resulta muy divertido, luego pierde todo el protagonismo en favor de su madre y su abuela (¿era realmente necesario?), hasta su regreso en la parte final, donde ya intuimos por dónde van los tiros y la cosa se pone mucho más siniestra que risible. Sospecho que el spanglish de Díaz tenía más gracia en la versión original, pero lo que me ha hecho indigesto el libro no es el lenguaje sino el constante recurso al resumen para contar la historia. Debe ser problema mío; no puedo leer un libro que no esté bien trufadito escenas, por muy bueno que sea. Ni siquiera Cien años de soledad. No hay manera.

Me ha encantado Bullet Park, de John Cheever. Es una novela de 1976, últimamente reeditada por Emecé (Planeta). Con el estilo frío y extrañamente poético que le caracteriza, Cheever cuenta la historia de dos vecinos de un suburbio americano donde la felicidad y el buen rollo son sólo una fina capa de pintura por encima de la más absoluta soledad y desesperación. Aun así, lo que más me gusta de este libro es que no es completamente amargo y crepuscular, sino que deja ciertos resquicios para que entren la luz y ciertos (pocos) buenos sentimientos. Lo recomiendo absolutamente a pesar de la traducción latinoamericana, donde la gente maneja autos y demás.

Ahora es el momento, de Tom Spanbauer (Mondadori). Minimalismo a tope. Interesante por cómo está escrito más que por lo que cuenta, que es una especie de Brokeback Mountain con muchachito vaquero y hombre indio. Mucho más humano y realista que Chuck Palahniuk (su legendario alumno), también es más aburrido. Mejor hojearlo que comprarlo.

El hombre del salto, de Don DeLillo (Seix Barrall). Este hombre es un genio, lo he descubierto muy tarde y estoy en fase de adoración incondicional. Cuando sea mayor, quiero escribir como él. El hombre del salto cuenta la historia de varios supervivientes de las Torres Gemelas, pero en realidad trata de muchas otras cosas. Dejémoslo así. Pues claro que lo recomiendo.

El hombre divergente, de Marc R. Soto. Para que no se diga que sólo leo norteamericanos. Me ha gustado, pero encuentro un poco ortopédico el formato de fix up, con unos relatos muchos más largos que otros. Recomendable para lectores de terror sin prejuicios.

De Ron McLarty y su Viajero ya hice un comentario, así que me remito a lo dicho.

Y para terminar, una recomendación musical. Iba a colgar este video de Disturbed, porque la canción y el disco son impresionantemente buenos, pero de pronto me ha dado tan mal rollo que he decidido cambiarlo por este otro de Vetusta Morla, que son unos chicos muy majos de Madrid.




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