Es cierto, en la vida real hay cosas mucho más horribles que cualquier fantasía. Por ejemplo, la guerra, cualquier guerra. Por ejemplo, el miedo a que a tus hijos les ocurra algo malo, muy malo.
Ultimamente he visto dos películas que tratan de estos temas, y como este es mi blog y digo lo que me da la gana, pues voy a decir que son dos películas extraordinariamente buenas. Eso sí, dentro de los cánones minimalistas por los que últimamente me conduzco.
Se trata de En el valle de Elah y Un cruce en el destino, de Paul Haggis y Terry George respectivamente. La primera es un guión original del propio Haggis y la segunda está basada en una novela de John Burnham Schwartz.
En la película de Paul Haggis hay demasiada policía para mi gusto, pero son lo suficientemente inútiles para que podamos disfrutar del drama y la impotencia del protagonista en primera persona. Es una película que merecería la pena sólo por el personaje de Lee Jones y por los últimos minutos, donde nos encontramos ante el verdadero horror. Incluso el personaje de Charlize Theron, tontuno a más no poder, acaba teniendo su gracia visto en perspectiva.
La de Terry George tiene el hallazgo de contarnos el drama de una muerte infantil desde un doble punto de vista: el del padre y el del (involuntario) asesino. Aunque no hay ningún elemento fantástico ni terrorífico en la trama, Joaquin Phoenix y Mark Ruffalo son dos actores sobrenaturales, la tensión entre ellos es perfecta y del final mejor no os cuento nada. Ojalá algún día yo sea capaz de llevar una historia a un punto de emoción tan intenso como en la última secuencia de esta película.
Sucede además que Paul Haggis y Terry George son directores de otras dos de mis películas favoritas de los últimos años: Crash y Hotel Rwanda. Decidme si los carteles que he colocado aquí abajo no parecen los de dos películas de terror. Y no es por casualidad. Hotel Rwanda tiene algunas de las escenas más escalofriantes que yo haya visto. Y bueno, la secuencia que da origen al cartel de Crash todos la conocemos... para quitarse el sombrero ante el guionista, que es el propio Haggis.
Pregunta para concurso cinéfilo-histórico: ¿qué tienen que ver Hotel Rwanda y Black Hawk derribado? La respuesta, en el reportaje Ghosts of Rwanda.
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