sábado, 19 de julio de 2008

Battiato y el punk


Y luego dicen que los libros son caros.

En un arrebato de nostalgia ochentera, mi chica y yo decidimos el miércoles tirar la casa por la ventana y apoquinar los 56 euros exigidos para ver a Franco Battiato en los famosos conciertos veraniegos de Conde Duque. Nos imaginábamos un concierto íntimo y virtuoso, lo que se espera de un cantautor de sesenta años, vamos. Pues nada de eso.

Las gradas de quita y pon estaban llenas hasta la bandera. Las atiborraba un público tan heterogéneo como melenudos con camisetas de Helloween y ex-presidentes del Congreso de los Diputados. Incluso reconocí a una antigua compañera de instituto de Pamplona que venía acompañada por su marido cincuentón, lo que me produjo una sensación muy extraña, como una leve embriaguez existencial.

Estábamos mal informados y no había orquesta, sino una banda de acompañamiento al más puro estilo de banda de pueblo: chicos jóvenes con muchas ganas (de estar en otra parte) y capaces de versionear lo que haga falta. El concierto empezó de bajón, y no sólo porque se arrancó con sus canciones más lentas, melancólicas y nuevas (osea, desconocidas), sino porque destapó inmediatamente el fraude que acompañaría todo el espectáculo: la mitad del sonido venía enlatado.

Y yo lo siento, pero... por mucho Battiato que sea, 56 euros para oír violines y coros pregrabados (lo que supone cero improvisación, cero variaciones) es mucho dinero.

Así que asistimos al concierto con cierto hormigueo de frustración, pensando que tal vez nos podríamos ahorrar el dinero del próximo concierto de Ennio Morricone (otro dinosaurio italiano con pocas ganas de trabajar no, gracias), hasta que Battiato abandonó el escenario durante unos minutos y dejó solas a las chicas estrafalarias que le habían acompañado a la guitarra y a las voces en las últimas canciones.

Se trataba del grupo punk MaB, y su canción fue lo mejor del concierto de Battiato. Luego el de Catania regresó para continuar su repertorio sin más sorpresas, interpretó lo que todo el mundo quería oír, terminó con (oh, sorpresa) el centro de gravedad permanente y hala, todos a casa, tan contentos.

Vale, en realidad el concierto no estuvo tan mal. Lo pasamos bien. Sus canciones siguen siendo únicas, raras, emocionantes, ridículas e incomparables. Y sólo a un genio que ya pasa de todo como Battiato se le podía ocurrir acompañarse de una banda como MaB.

Gracias, Franco.




1 comentario:

  1. Si chiama adrenalina, non è una droga pura
    E’ un ciclo riduttore stimolante di tensione
    Il sesso lungo i viali, il sesso nei locali
    Il sesso a colazione forse no
    I vasocostrittori mi fan da reattori
    Il mio sistema è stanco di un erotismo in bianco

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