Muy bien, vamos allá.
¿Qué es Rojo alma, negro sombra? ¿Un thriller sobrenatural? ¿Novela urbana? ¿Un drama con suspense? ¿Terror psicológico? Gracias a Dios los de 451 no me pidieron una definición cuando les envié la novela, se limitaron a leerla hasta la última página y comprobar si les gustaba. Hubo suerte, cayó en las manos de Javier Azpeitia. Pero ahora llega el momento de convencer al resto de habitantes del universo de que esta novela puede interesarles, incluso entusiasmarles, y eso exige colocar etiquetas, eslóganes, definiciones y paralelismos. Hum, mal asunto.
Sobre el resultado de la novela podrá hablar cualquier crítico o lector con más credibilidad, pero en el terreno de las intenciones me temo que yo soy el único intérprete posible. Lo que tenía planeado cuando abrí el primer documento en blanco del Microsoft Word era escribir una historia de fantasmas en la que los fantasmas no robaran el show, donde el drama de los personajes se bastara por sí mismo para atrapar el interés, osea, para emocionar. Unas cuantas ideas e imágenes me rondaban la cabeza como un enjambre furioso, y luché con ellas hasta domarlas y darles nombres: Elías, Berta y Guillermo. Tres personajes desconocidos entre sí pero unidos por dos crímenes brutales: uno cometido en el pasado y otro que está a punto de cometerse, si ellos no toman las decisiones adecuadas. Tres personajes en el trance de reinventarse a sí mismos, de concederse una segunda oportunidad o de rebelarse contra el papel que les ha tocado en suerte. Y ya se sabe: para empezar de cero primero tenemos que saldar nuestras cuentas con el pasado. Ahí es donde entran en juego los fantasmas. Y con ellos, el misterio.
Lo decía Howard Philips Lovecraft: "La razón por la cual el factor tiempo juega un papel tan importante en muchos de mis cuentos es debida a que es un elemento que vive en mi cerebro y al que considero como la cosa más profunda, dramática y terrible del universo. El conflicto con el tiempo es el tema más poderoso y prolífico de toda expresión humana".
Lo decía Howard Philips Lovecraft: "La razón por la cual el factor tiempo juega un papel tan importante en muchos de mis cuentos es debida a que es un elemento que vive en mi cerebro y al que considero como la cosa más profunda, dramática y terrible del universo. El conflicto con el tiempo es el tema más poderoso y prolífico de toda expresión humana".
Los fantasmas son la metáfora perfecta de la culpa. En Europa los apaciguamos con exorcismos y expiaciones, en América los neutralizan con un poco de psicoanálisis y clousure. En realidad casi todas las historias posibles tratan sobre el mismo tema, de una forma u otra: hacer las paces con nuestros demonios.
Rojo alma, negro sombra quizá no sea una novela de terror pero sí es una novela de miedos, unos enquistados en la conciencia de los personajes y otros muy reales y acechantes. No hay vísceras, ni más gotas de sangre que las estrictamente necesarias, pero si no consigo acelerar el corazón del lector al menos un par de veces a lo largo del relato lo consideraré un rotundo fracaso.
Lo que puedo jurar es que esta novela está escrita con honestidad y con mi propia voz, sin ampararme en voces prestadas, como fue el caso de Infierno nevado (a veces creía sentir el aliento de Lovecraft por encima de mi hombro, gruñendo y negando con la cabeza mientras ojeaba mis líneas). En cierta manera me siento como Milli Vanilli cuando sacaron su primer disco cantando con sus verdaderas voces. Confío en tener mejor suerte que ellos...
No hay mucho más que pueda decir ahora (o sí lo hay, pero no es plan de aburrir al personal). La novela estará pronto en las tiendas, defendiéndose por sí misma. Espero que la disfrutéis.
Qué larga se me está haciendo la espera. Tengo muchas ganas de verte en ese nuevo registro más maduro y profundo.
ResponderEliminarHusmeando en la casa de una conocida librería fui a encandilarme de tu libro, cavilando sobre mi propia existencia volví a toparme con un curso que impartes vía www; de tanto acercarnos creo me estoy encontrando.
ResponderEliminarGracias,
Paloma